12 de junio de 2009

Pliego nº 5...............................'2ª Etapa'


Sagrado Corazón e itinerario

El Sagrado Corazón de Jesús nos invita a permanecer en su Amor para amar con amor de Dios


La iconografía del Sagrado Corazón de Jesús nos presenta a Jesús Resucitado que muestra su corazón resplandeciente en una actitud de entrega amorosa y de invitación a unirnos a la comunión de su amor.

¿Cuál es el significado de esa invitación? ¿Qué implica unirnos a la comunión del amor de Dios? ¿Qué hemos de hacer para amar con amor de Dios?

Del Corazón de Jesús —traspasado en la cruz— brotó sangre y agua para purificarnos de nuestros pecados. Más aún, si aceptamos la invitación de Jesús a permanecer en su Amor, las huellas de nuestra concupiscencia y egoísmo también quedarán borradas. Realmente, sólo si borramos estas huellas podremos amar con amor de Dios, como lo apunta Alfredo Rubio de Castarlenas (Itinerario, Editorial Edimurtra, p.65, año 2009) y cuyas meditaciones al respecto iluminan este escrito.

Amar con amor de Dios… Es la invitación que el Sagrado Corazón de Jesús nos hace, pues Él es expresión trinitaria de la comunión perfecta de amor.
Amar con amor de Dios es amar y dejarse amar como el Padre y el Hijo se aman, como el Hijo nos ama a nosotros (cfr. Jn 13, 34).
Amar con amor de Dios es amar como el Padre, amando paternalmente a los demás, con generosidad y abnegación.
Amar con amor de Dios es amar como el Hijo, dejándonos amar con sencillez por quien nos ama.
Amar con amor de Dios es actuar con humildad y con actitud de servicio.
Amar con amor de Dios es perdonar sin límites, siendo siempre leales, fieles.
Amar con amor de Dios es como Cristo nos ama…
Amar con amor de Dios es ser uno con los demás y con Dios en el Amor.
Amar con amor de Dios es un amor sobrenatural que sólo con la fuerza del Espíritu Santo podemos alcanzar.

El Espíritu Santo es el Espíritu de Amor, que nos prepara para abrirnos al Amor y perseverar en él. Sólo si nos dejamos llenar del Espíritu Santo podremos responder a la invitación del Sagrado Corazón de Jesús a permanecer en su amor y amar con amor de Dios. Sólo si estamos llenos del Espíritu Santo, podremos asumir la luz resplandeciente del Sagrado Corazón de Jesús para ser sujetos de la luz, para ser masa incandescente de amor.

Así como alrededor de la Virgen María se congregaron los apóstoles en Pentecostés para recibir el Espíritu Santo, que sea ella junto a quien oremos para responder a la invitación trinitaria del Sagrado Corazón de Jesús a permanecer en su amor y amar con amor de Dios. Sólo así seremos testigos de la luz para iluminar a otros y educarlos en el Amor para que también se sientan llamados a amar con amor de Dios.

Patricia Castillo Ávila
Guatemala

Soneto


Poema de Alfredo Rubio de Casterlenas
Arreglos musicales: Josué Morales Pérez





Corazón de Jesús y María, en vuestro amor confía el alma mía


Tantos te invocamos
En tu corazón abierto
Tenemos un refugio
Dónde resguardarnos.

Tú nos esperas
Cada día, a toda hora,
Tú Corazón amante no cesa
De ofrecernos amor, amor…

Te pedimos en ésta hora
Abre tu corazón ardiente
Introdúcenos en tu amor
Dulzura, gozo y paz.

Nos sabemos indignos
No mires nuestro mal,
Te presentamos las bondades
plantadas por Tu mano.

Quisiera decirte tantas cosas…
las palabras sobran
el silencio te alcanza
O mejor nos deja alcanzar por Ti.

Porque eres siempre
Reclamas nuestro tiempo,
Nuestra atención, nuestra dedicación.

Ven a beber en nuestro brocal
Calma tu Sed.


Nubia Isaza Ramos
Colombia

Atisbos


Aquí se recoge escritos y pensamientos de Dolores Bigourdan (Canarias 1903 - Barcelona 1989) con el fin de ofrecer a nuestros lectores un espacio de reflexión.

Son escritos y pensamientos algunos recogidos por ella y otros que forman parte del itinerario de su vida.

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“Contar más con la plegaria que con la acción; con Dios más que conmigo”


“Hay que saber sacar los grandes deberes contenidos en las pequeñas monotonías de cada día y transformarlos en un espíritu vivo y en amor”


“No ha dado nada quién no se ha dado a sí mismo; ni ha sacrificado nada el que no ha perdido su propio ser.
Así la humildad será plena aceptación de uno mismo, de sus límites y de su miseria”.